domingo, 17 de marzo de 2013

De como una vez por semana nos vamos al boulder.

A partir del momento en que Lucía se pone los pies de gato ya no se separa de ellos, y una vez por semana a la salida del cole nos vamos al roco de Vents de Muntanya.
Con el tiempo Lucía va progresando y poco a poco sus retos cada vez son mayores. La pared completamente vertical ya le parece aburrida y se empeña en subirse a las inclinadas. Se queda embobada mirando a los mayores, observando sus movimientos y sus gestos los copia sin saber muy bien porque los hacen, nos partimos de risa viendo como sujeta de una sola mano baja la otra para sacudirla sin saber que es para relajar la musculatura de su antebrazo.
Siempre al acabar pasamos a despedirnos de la gente de Vents y el comprar una presa pequeña para su colección se acaba convirtiendo en una costumbre.

Un día nos dio por ponerlas en su habitación.



Mala idea...

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