La brasa que nos dio a partir de ese
día, ¿que porque no la dejábamos subir por todas partes? Fallo nuestro, en
lugar de decirle una excusa banal o un rotundo y poco ejemplar, -porque no-, le
dijimos la verdad. Que para escalar por los sitios se necesitaban unas
zapatillas especiales, cuerdas, casco, arnés y que tenía que ser en sitios
seguros. La respuesta no se hizo esperar, -¿cuando vamos? y ¿cuando me
compráis las zapatillas esas? y ¿cuando vamos? y ¿cuando me compráis
las zapatillas esas? y ¿cuando vamos? y ¿cuando me compráis las
zapatillas esas? y ¿cuando vamos? y ¿cuando me compráis las
zapatillas esas? y ¿cuando vamos? y ¿cuando me compráis las
zapatillas esas? y……..........................….hasta que nos dimos por vencidos.
No es fácil recorrer Valencia
intentando convencer a un tipo, que una niña de 3 años quiere
iniciarse en la escalada en sus instalaciones, sin que pensaran que la
llevábamos como su fuera a ir a un parque de bolas. Afortunadamente una amiga
me comentó que había una tienda con material de montaña donde ella solía
comprar y que tenía un boulder donde tal vez le podrían dejar.
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